Como parte del proyecto integral en el Hospital de la Madre y el Niño de La Rioja, intervenimos la plaza y los jardines que conectan el edificio principal con el vacunatorio. Este espacio abierto, de tránsito cotidiano, fue resignificado como una oportunidad para promover hábitos saludables, fomentar el encuentro y fortalecer el vínculo entre la comunidad y el sistema de salud.

La propuesta se fundamenta en el uso de la comunicación visual como herramienta clave para la humanización de los espacios de salud, promoviendo un entorno que, además de ser accesible y acogedor, refuerce el sentido de pertenencia de la comunidad. Para ello, se desarrollaron piezas visuales que dialogan con el entorno natural y cultural riojano, y que, al mismo tiempo, acercan mensajes clave de salud pública con lenguaje sencillo y guiños de complicidad.

Uno de los ejes centrales de la intervención fueron los estandartes ilustrados: 16 estructuras distribuidas a lo largo de los senderos, protagonizadas por animales autóctonos que interpretan distintas acciones vinculadas al cuidado. Cada personaje introduce un tema de prevención, como la salud bucal, el consumo de agua segura, los cuidados durante el embarazo, la alimentación saludable, la actividad física o la protección frente a enfermedades transmitidas por mosquitos.

Como cierre simbólico, se realizó un mural colectivo junto a pacientes y familias del hospital. La escena representa a todos los personajes de la ambientación marchando unidos en un tren, un guiño al pasado ferroviario del predio donde hoy se ubica el vacunatorio. La obra, realizada con técnica de stencil durante una jornada participativa, resignificó el espacio y reforzó la idea de que vacunarse es un acto colectivo, festivo y esperanzador.